Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Reyes 13, 28-31

28 Partió, y halló el cadáver tendido en el camino, y al asno y al león
que permanecían junto al cadáver. El león no había devorado el cadáver ni
había destrozado al asno.

29 Levantó el profeta el cadáver del hombre de Dios, lo puso sobre el
asno y lo trajo. Entró en la ciudad el anciano profeta, le lloró y le sepultó.

30 Depositó el cadáver en su propio sepulcro, e hicieron la
lamentación sobre él: «¡Ay, hermano mío!»

31 Después que le hubo sepultado, dijo a sus hijos: «Cuando yo
muera, me sepultaréis en el sepulcro en que ha sido sepultado el hombre de
Dios; junto a sus huesos depositaréis mis huesos,